Antonia impugnó la demanda de divorcio de su marido y su abogado afirmó que los genitales de Antonia eran plenamente funcionales pero habían sido afectados por “hechizos malignos y brujería”.
Como era habitual en los primeros juicios modernos en los que se alegaba impotencia, a Antonia se le ordenó someterse al menos a dos exámenes por parte de médicos y parteras. En el segundo de estos exámenes:
“… El [cirujano] Francisco Vélez insertó en dichas partes de dicha Antonia Garrido un tallo de col en forma de miembro viril… y viendo que entraba con libertad…”
Los examinadores, satisfechos de que se hubiera logrado la penetración, dictaminaron que Antonia era capaz de tener relaciones sexuales, y el tribunal de la iglesia rechazó la petición de divorcio de José. Se desconoce el destino de su matrimonio después de esto.
Fuente: Testimonio del Dr. Juan Muñoz, Archivo de la Diócesis de Calahorra, folio 1. El contenido de esta página es © Alpha History 2019-23. El contenido no puede volver a publicarse sin nuestro permiso expreso. Para obtener más información, consulte nuestra Condiciones de uso or contactar a Alpha History.