Esta histeria dio lugar a numerosas curas y tratamientos, así como a varios inventos. Entre 1856 y 1918, la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos aprobó 35 solicitudes de patente para dispositivos antimasturbación. Como era de esperar, la mayoría de ellos estaban destinados a uso masculino.
Varios se basaban en el principio del cinturón de castidad, que cubría los genitales o las manos y los hacía intocables. Un dispositivo con cinturón y delantal con cerradura, diseñado por Thomas Thomas (1907, patente 852638), impedía que el usuario durmiera boca arriba y se tocara la ingle. Henry A. Wood (1910, patente 973330) presentó una patente para "manoplas nocturnas" que impedía cualquier uso diestro de las manos y los dedos. También había tres sistemas de alarma patentados, diseñados para despertar al usuario o a los padres en caso de erección.
Los artilugios más extraños, sin embargo, utilizaban el dolor y la incomodidad como desincentivo para la excitación o el placer personal. Albert V. Todd (1903, patente 742814) presentó dos diseños: uno aplicaba una leve descarga eléctrica al pene eréctil y el otro empleaba una serie de púas.
La máquina de Harry F. Bowen (1918, patente 1266393) también aplicaba descargas eléctricas.
Más simple en su diseño fue un “aparato quirúrgico” sugerido por James H. Bowen (1889, patente 397106). El dispositivo de Bowen consistía en una tapa metálica para el pene con cerradura conectada a pequeños cables que se sujetaban a mechones de vello púbico. En caso de una erección, los cables se tensarían y tirarían del vello púbico, causando al usuario un dolor considerable.
Fuente: Base de datos de la Oficina de Patentes y Marcas de EE. UU., números de patente enumerados. El contenido de esta página es © Alpha History 2019-23. El contenido no puede volver a publicarse sin nuestro permiso expreso. Para obtener más información, consulte nuestra Condiciones de Uso or contactar a Alpha History.