Como muchos médicos de su época, Mayerne creía que las enfermedades y lesiones debían eliminarse del cuerpo con brebajes químicos. Cuanto más sucias y repugnantes fueran estas sustancias, más efectivas serían.
Para problemas con los pulmones o la respiración, Mayerne recomendó una infusión particularmente retorcida, aunque al menos contenía algo un poco dulce:
“Un almíbar elaborado con carne de tortugas, caracoles, pulmones de animales, ranas y cangrejos, todo hervido en agua de escabros y pata de gallo, añadiendo hasta el último caramelo de azúcar”.
Fuente: Theodore Mayerne, citado en Anne Somerset, Asesinato antinatural: veneno en la corte de James I, 1997. El contenido de esta página es © Alpha History 2019-23. El contenido no puede volver a publicarse sin nuestro permiso expreso. Para obtener más información, consulte nuestra Condiciones de Uso or contactar a Alpha History.