1881: Un hombre se clava una daga de diez centímetros en su propio cráneo.

En 1891, el un artículo del XNUMX de Lancet, informó de un caso documentado por Dubrisay, un médico de París. Dubrisay fue llamado para atender a un trabajador de 44 años que había intentado suicidarse clavándose una daga de 10 centímetros (cuatro pulgadas) en su propio cráneo. De acuerdo con la Lancetas cuenta:

“Sostenía el puñal en la mano izquierda y con la derecha le daba varios golpes con un mazo, creyendo que caería muerto al primer golpe. Para su profunda sorpresa, no sintió dolor ni observó ningún fenómeno en particular. Golpeó la daga en total una docena de veces. El hombre era un borracho pero estaba sobrio en el momento del intento”.

En ese momento, el hombre tenía nueve décimas partes de la hoja incrustada en su cráneo, pero no había sufrido dolor, pérdida del conocimiento ni otros efectos nocivos. Sin saber qué hacer a continuación, cambió de opinión sobre el suicidio y aceptó que llamaran al Dr. Dubrisay. Dubrisay llegó dos horas después, sin embargo, sus esfuerzos iniciales por extraer la daga resultaron infructuosos:

“Durante media hora se hicieron intentos infructuosos de sacar la daga. El paciente fue colocado en el suelo, dos personas vigorosas le fijaron los hombros y, ayudados por un fuerte par de tenazas de carpintero, se hicieron repetidos intentos, pero sin éxito ”.

El paciente permaneció consciente y ambulatorio durante estos intentos fallidos. Lo llevaron a una calderería cercana, donde le sacaron la daga con la ayuda de un cabrestante de vapor. Una vez más, soportó esta terrible experiencia con “la mayor frialdad”, sufriendo algo de sangrado y molestias, pero ningún dolor significativo.

El paciente pudo caminar hasta el hospital y permaneció allí durante diez días mientras sanaba su herida. Luego fue dado de alta, aparentemente en perfecto estado de salud. El fascinado Dr. Dubrisay replicó más tarde el incidente en una serie de experimentos, clavando dagas en cráneos de cadáveres humanos.

Fuente: El un artículo del XNUMX de Lancet, , Londres, v.2, 1881. El contenido de esta página es © Alpha History 2019-23. El contenido no puede volver a publicarse sin nuestro permiso expreso. Para obtener más información, consulte nuestra Condiciones de Uso or contactar a Alpha History.