La Declaración de Barmen (1934)

La Declaración de Barmen sobre el protestantismo alemán fue emitida por las iglesias protestantes alemanas en 1934. Es una expresión de disensión y oposición a la creación de una 'religión protestante estatal', como lo propuso el Deutsche Kristen (Cristianos alemanes):

“En vista de los errores de los 'cristianos alemanes' y de la actual administración de la Iglesia del Reich, que están asolando la Iglesia y al mismo tiempo también destruyendo la unidad de la Iglesia Evangélica Alemana, confesamos las siguientes verdades evangélicas ...

Rechazamos la falsa doctrina que la Iglesia podría y debería reconocer como fuente de su proclamación, más allá y además de esta Palabra de Dios, y otros eventos, poderes, figuras históricas y verdades como la revelación de Dios.

Rechazamos la falsa doctrina de que podría haber áreas de nuestra vida en las que no perteneceríamos a Jesucristo sino a otros señores, áreas en las que no necesitaríamos justificación y santificación a través de él.

Rechazamos la falsa doctrina de que la Iglesia podría tener permiso para entregar la forma de su mensaje y de su orden a lo que ella misma desee o a las vicisitudes de las convicciones ideológicas y políticas prevalecientes de la época.

Las diversas oficinas en la Iglesia no proporcionan una base para que algunos ejerzan autoridad sobre otros, sino para el ministerio con el que se ha encomendado y encargado a toda la comunidad que se lleve a cabo.

Rechazamos la falsa doctrina de que, aparte de este ministerio, la Iglesia podría y podría tener permiso para darse o permitirse que se le otorguen líderes especiales investidos de autoridad gobernante.

Rechazamos la falsa doctrina de que más allá de su comisión especial el Estado debería y podría convertirse en el único y total orden de la vida humana, y así cumplir también la vocación de la Iglesia.

Rechazamos la falsa doctrina de que más allá de su comisión especial la Iglesia debería y podría asumir la naturaleza, las tareas y la dignidad que pertenecen al Estado y, por lo tanto, convertirse en un órgano del Estado.

Rechazamos la falsa doctrina de que con la vanagloria humana la Iglesia podría colocar la Palabra y la obra del Señor al servicio de los deseos, propósitos y planes elegidos por ellos mismos.

El Sínodo de la Confesión de la Iglesia Evangélica Alemana declara que ve en el reconocimiento de estas verdades y en el rechazo de estos errores la base teológica indispensable de la Iglesia Evangélica Alemana como una confederación de Iglesias Confesoras. Hace un llamamiento a todos los que pueden solidarizarse con su Declaración a tener en cuenta estos hallazgos teológicos en todas sus decisiones sobre la Iglesia y el Estado. Hace un llamamiento a todos los interesados ​​a volver a la unidad en la fe, la esperanza y el amor.

Verbum Dei manet in aeternum (La Palabra de Dios durará para siempre) ".