Hitler proclama victoria a las SA y las SS (1933)

En abril, 1933, después de convertirse en canciller y recibir el poder casi total por la Ley de habilitación, Adolf Hitler proclama victoria a los Sturmabteilung (SA) y del Schutzstaffel (SS):

“Ha comenzado la gran época que durante 14 años esperábamos. Alemania está despierta ahora ...

Puedo decir con orgullo, camaradas de las SA y las SS, que si todo el pueblo alemán tuviera ahora el espíritu que está en nosotros y en ustedes, entonces Alemania sería indestructible. Incluso sin armas, Alemania representaría una fuerza inaudita a través de esta voluntad interior templada como el acero. Es cierto que esta igualdad que se realiza en ti sólo se realizó a costa de esa libertad de la que otros hablaban ...

Cuando nuestros oponentes dicen: 'Es fácil para ustedes: son un dictador', les respondemos: 'No, señores, se equivocan; no hay un solo dictador, sino diez mil, cada uno en su lugar. E incluso la autoridad suprema en la jerarquía tiene un solo deseo, no transgredir nunca contra la autoridad suprema ante la cual también es responsable.

En nuestro Movimiento hemos desarrollado esta lealtad en el seguimiento del líder, esta obediencia ciega de la que todos los demás no saben nada y que nos dio el poder de superarlo todo. Durante catorce años fuimos atacados; se hizo el intento de doblegarnos y quebrarnos con astucia, artimañas y violencia, con malicia y terror, con todo lo imaginable. Pero este instrumento de obediencia ciega permaneció intacto, permaneció firme. Todo lo que soportamos fueron pruebas de las que salimos más fuertes que nunca.

Además, hemos fomentado la virtud de la valentía. Hoy, millones están llegando a nuestras filas. Pero la mayor parte de ellos debe aprender ahora lo que este ejército marrón ha practicado durante años; todos deben aprender a afrontar lo que decenas de miles de nuestros camaradas han afrontado y han pagado con su sangre, sus vidas. Hemos logrado, por nuestra propia voluntad, inculcar una vez más en nuestro pueblo el coraje que se atreve a intentar una tarea frente a un mundo de enemigos.

Si la disciplina de este Movimiento no fuera tan firme, los que hoy se quejan de los sacrificios que se les exigen tendrían aún más de qué quejarse. Porque lo que hemos ganado los combatientes no se compara con la cantidad de persecución que sufrimos. Dejemos que los dolores de barriga se den cuenta de eso, estén donde estén. El Movimiento se entrena en esta disciplina perfecta por el bien de Alemania, para salvar a nuestro pueblo de ser derribado ante los ojos del mundo al nivel de sus oponentes.

Ahora hemos ganado el poder en Alemania, y depende de nosotros ganar al pueblo alemán, incorporar al pueblo dentro del poder. Debemos construir a los millones de nuestros trabajadores de todas las clases en una comunidad cercana. Esta es una lucha que nuevamente llevará años; pero es necesario si los 600,000 hombres de hoy van a ser algún día los seis, ocho, diez millones que necesitamos. Aquí también sabemos que si descansamos, nos oxidamos, que si nos quedamos quietos, nos retiraremos ...

Si en el futuro continúan apoyándome como un solo hombre, en lealtad y obediencia, ningún poder en el mundo podrá destruir este movimiento. Continuará su curso victorioso. Si conservas la misma disciplina, la misma obediencia, la misma camaradería y la misma lealtad ilimitada en el futuro, nada extinguirá jamás este movimiento en Alemania.

Este es el pedido que te hago, para mí y en nombre de todos los compañeros que ya no están entre nosotros. Nuestro Movimiento Nacionalsocialista, las SA y las SS: Sieg Heil, Sieg Heil, Sieg Heil! "