En enero, 1914 Vincent Corbett, un diplomático británico estacionado en Baviera, informó sobre el estado de las tensiones anglo-alemanas:
Munich
Enero 13th 1914La enérgica denuncia del Ministro de Hacienda de la "locura organizada" de los armamentos modernos ha despertado un gran interés en Alemania. Todos los periódicos han informado de sus palabras y también de los comentarios de la prensa británica al respecto.
Los primeros ministros de Baviera y Wurtemberg me han hablado sobre el tema y ambos han preguntado si las palabras del señor Lloyd George implican una división en el gabinete. Respondí en ambos casos en el sentido de que Inglaterra era el país de las discusiones libres, que el Gabinete era grande y que, sin duda, de vez en cuando debían surgir diferencias de opinión entre los Ministros encargados de diferentes funciones ... Nosotros teníamos, recordé a sus Excelencias, durante los últimos diez años se ha mostrado partidario de detener el gasto naval, y el señor Churchill incluso había hecho propuestas concretas en ese sentido ...
En un momento en que los estadistas de Inglaterra y Alemania han hecho tanto para generar un sentimiento más amistoso entre los dos países, cuando no sólo el contribuyente alemán sino los diversos gobiernos federales están comenzando a sentir la presión del aumento de impuestos; cuando, además, el incidente de Zabern ha llevado a los elementos militares y civiles, o en otras palabras a los elementos aristocráticos y democráticos del Imperio a un conflicto agudo ... sería profundamente lamentable que los discursos de los políticos o las controversias de los periódicos en Gran Bretaña llevar a los alemanes a creer que el gobierno británico vacilaba en su determinación de mantener a toda costa armamento adecuado para garantizar la seguridad de nuestras posesiones y nuestro comercio.
Como ya he tenido el honor de informar, no existe ni ha existido nunca un sentimiento específicamente hostil hacia Gran Bretaña en el sur de Alemania ... La convicción se ha llevado a casa tanto a las clases acomodadas, que son nuestros rivales comerciales, como a los ministros de finanzas de los distintos Estados, que se deben poner límites a los gastos navales y militares. Este punto de vista no es compartido por los militares y navales ... la clase en este país, que creo que está disminuyendo, pero que lamentablemente todavía es [muy influyente], que ve en el Imperio Británico un oponente al desarrollo alemán con quien una lucha armada tarde o temprano es inevitable.