“La Asamblea Nacional decreta que la nobleza hereditaria queda abolida para siempre, y que en consecuencia nadie, quienquiera que sea, utilizará o se dirigirá a los títulos de príncipe, duque, conde, marqués, vizconde, vidame, barón, caballero, mesire, ecuyer o cualquier otro título similar.
Todo ciudadano francés debe usar solo el apellido real de su familia. Es posible que ya no use librea o cause que se use o posea rodamientos blindados. En la iglesia, el incienso se quemará solo para honrar a la deidad y no se ofrecerá a nadie, ya que nunca será tan alto.
Ningún cuerpo o individuo será tratado con los títulos de monseigneur y meisseigneurs ni con los de excelencia, alteza, eminencia o grandeza. Sin embargo, ningún ciudadano podrá optar por hacer del presente decreto un pretexto para desfigurar monumentos colocados en iglesias, cartas, títulos y otros documentos de importancia para las familias, la propiedad o los adornos de cualquier edificio público o privado; ni nadie puede proceder o exigir la implementación de las disposiciones relativas a libreas y armaduras en carruajes antes del 14 de julio (para ciudadanos residentes en París) o antes de la expiración de tres meses (para aquellos que viven en provincias) ".
Decreto sobre la abolición de la nobleza (1790)
El 19 de junio de 1790, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó el siguiente decreto, aboliendo la nobleza y los títulos nobiliarios en Francia: