Robespierre sobre el destino del rey (1792)

En diciembre de 1792, Maximilien Robespierre, entonces diputado ordinario de la Convención Nacional, se dirigió a la convención sobre lo que se debía hacer con el rey Luis XVI:

“¿Cuál es la conducta prescrita por una política sólida para cimentar la república? Es grabar profundamente, en todos los corazones, el desprecio por la realeza y sembrar el terror en los partidarios del rey. Poner su crimen ante el mundo como un problema ... poner un espacio inconmensurable entre la memoria de lo que fue y el título de 'Ciudadano', es la manera misma de hacerlo más peligroso para la libertad.

Louis es destronado por sus crímenes. Conspiró contra la República: o está condenado o la República no es absuelta. Proponer el juicio de Luis XVI es cuestionar la revolución. Si puede ser juzgado, puede ser absuelto; si puede ser absuelto, puede ser inocente. Pero si es inocente, ¿qué pasa con la revolución? Si es inocente, ¿qué somos nosotros sino sus calumniadores [falsos acusadores]?

La coalición es justa, su encarcelamiento es un crimen, todos los patriotas son culpables; ¡y la gran causa, que durante tantos siglos se ha debatido entre el crimen y la virtud entre la libertad y la tiranía, se decide finalmente a favor del crimen y el despotismo! ...

Hay otra dificultad: ¿a qué castigo lo condenaremos? El castigo de la muerte es demasiado cruel, dice uno. No, dice que otra vida es aún más cruel y debemos condenarlo a vivir. Abogados, ¿es por lástima o por crueldad que desean anular el castigo de los delitos? Por mi parte, aborrezco la pena de muerte; No amo ni odio a Louis, no odio nada más que sus crímenes.

Exigí la abolición de la pena capital en la Asamblea Nacional Constituyente… Pero tú que nunca pensaste que esta misericordia era perdonable, ¿con qué fatalidad te recuerda tu humanidad para defender la causa del mayor de los criminales? ¡Pides una excepción al castigo de muerte para quien es el único que puede legitimarlo! ¡Un rey destronado en el corazón de una República aún no consolidada! ¡Un rey, cuyo mismo nombre atrae la guerra extranjera a la nación! Ni la prisión ni el exilio pueden hacer de él una existencia inocente. Con pesar pronuncio la verdad fatal: ¡Luis debe morir antes que 100,000 ciudadanos virtuosos! Louis debe morir porque nuestro país debe vivir ".