Discurso de John F. Kennedy en Bahía de Cochinos (1961)

En abril 20th 1961, el día después del fracaso de la invasión de Cuba a la Bahía de Cochinos, Presidente John F. Kennedy se dirigió a una reunión de medios sobre el tema de Cuba:

“El presidente de una gran democracia como la nuestra, y los editores de grandes periódicos como el suyo, tienen una obligación común con el pueblo: la obligación de presentar los hechos, de presentarlos con franqueza y de presentarlos en perspectiva. Es con esa obligación en mente que he decidido en las últimas 24 horas discutir brevemente en este momento los recientes acontecimientos en Cuba.

En esa isla infeliz, como en tantas otras áreas del concurso por la libertad, las noticias han empeorado en lugar de mejorar. He enfatizado antes que esta fue una lucha de patriotas cubanos contra un dictador cubano. Si bien no se podía esperar que prestáramos nuestras condolencias, dejamos en claro repetidamente que las fuerzas armadas de este país no intervendrían de ninguna manera.

No es la primera vez que los tanques comunistas se vuelcan con valientes hombres y mujeres que luchan por redimir la independencia de su patria. Tampoco es de ninguna manera el episodio final de la eterna lucha de la libertad contra la tiranía, en ninguna parte del mundo, incluida la propia Cuba.

Castro ha dicho que se trataba de mercenarios. Según informes de prensa, el mensaje final que se transmitirá de las fuerzas de refugiados en la playa provino del comandante rebelde cuando se le preguntó si deseaba ser evacuado. Su respuesta fue: “Nunca dejaré este país. “Esa no es la respuesta de un mercenario ...

Mientras tanto, no aceptaremos los intentos del Sr. Castro de culpar a esta nación por el odio con el que sus antiguos partidarios ahora miran su represión. Pero de este episodio aleccionador hay lecciones útiles para que todos las aprendan. Algunos pueden ser aún oscuros y esperar más información. Algunos son claros hoy.

Primero, está claro que las fuerzas del comunismo no deben subestimarse, ni en Cuba ni en ningún otro lugar del mundo. Las ventajas de un estado policial - su uso del terror masivo y arrestos para prevenir la propagación de la disidencia libre - no pueden ser pasadas por alto por aquellos que esperan la caída de todo tirano fanático.

En segundo lugar, está claro que esta nación, en concierto con todas las naciones libres de este hemisferio, debe mirar aún más de cerca y de manera más realista la amenaza de la intervención y dominación comunista externa en Cuba. El pueblo estadounidense no es complaciente con los tanques y aviones Cortina de Hierro a menos de 90 millas de nuestras costas. La evidencia es clara y la hora es tarde. Nosotros y nuestros amigos latinos tendremos que enfrentarnos al hecho de que no podemos posponer más el tema real de la supervivencia de la libertad en este hemisferio.

Tercero y finalmente, es más claro que nunca que enfrentamos una lucha implacable en todos los rincones del mundo que va mucho más allá del choque de ejércitos o incluso de armamentos nucleares. Los ejércitos están allí y en gran número. Los armamentos nucleares están ahí. Pero sirven principalmente como el escudo detrás del cual avanzan constantemente la subversión, la infiltración y una serie de otras tácticas, eliminando áreas vulnerables una por una en situaciones que no permiten nuestra propia intervención armada.

El poder es el sello distintivo de esta ofensiva: poder, disciplina y engaño. Se explota el legítimo descontento de los pueblos anhelantes. Se emplean las trampas legítimas de la autodeterminación. Pero una vez en el poder, se reprime todo discurso de descontento; toda autodeterminación desaparece; y la promesa de una revolución de esperanza es traicionada, como en Cuba, en un reino de terror ...

El mensaje de Cuba, de Laos, del creciente estruendo de las voces comunistas en Asia y América Latina: todos estos mensajes son iguales. Las sociedades complacientes, autocomplacientes, blandas están a punto de ser barridas con los escombros de la historia. Solo los fuertes, solo los industriosos, solo los decididos, solo los valientes, solo los visionarios que determinan la naturaleza real de nuestra lucha pueden sobrevivir ".