“Considerando que muchos de nuestros súbditos en diversas partes de nuestras colonias y plantaciones en América del Norte, engañados por hombres peligrosos y malvados, y olvidando la lealtad que le deben al poder que los ha protegido y apoyado; después de varios actos desordenados cometidos en alteración del orden público, con obstrucción del comercio lícito y con la opresión de nuestros leales súbditos que lo llevan a cabo; han procedido a la rebelión abierta y declarada, al ordenarse de manera hostil para resistir la ejecución de la ley, y preparando, ordenando y haciendo la guerra traidoramente contra nosotros ...
Hay razones para temer que tal rebelión ha sido muy promovida y alentada por la correspondencia traidora, los consejos y el consuelo de personas diversas, malvadas y desesperadas dentro de este reino ...
Por lo tanto, hasta el final, ninguno de nuestros súbditos podrá descuidar o violar su deber por desconocimiento del mismo, o por cualquier duda sobre la protección que la ley brindará a su lealtad y celo, hemos creído conveniente, por y con el consejo de nuestro Privado. Consejo, para emitir nuestra Proclamación Real, declarando por la presente que todos nuestros oficiales, civiles y militares, están obligados a hacer todo lo posible para reprimir [esta] rebelión y llevar a los traidores ante la justicia ...
Todos nuestros súbditos de este reino, y los dominios que le pertenecen, están obligados por ley a ayudar y asistir en la supresión de dicha rebelión, y a revelar y dar a conocer todas las conspiraciones e intentos traidores contra nosotros, nuestra Corona y nuestra dignidad... En consecuencia, encargamos y ordenamos a todos nuestros oficiales, civiles y militares, y a nuestros súbditos obedientes y leales, que hagan todo lo posible para resistir y reprimir dicha rebelión, y que revelen y den a conocer todas las traiciones y conspiraciones traidoras que sepan que están en contra. nosotros, nuestra Corona y dignidad…”
Dado en nuestra corte en St. James en el decimoquinto año de nuestro reinado.
¡Dios salve al rey!
Proclamación de rebelión de Jorge III (1775)
El 23 de agosto de 1775, Rey George III respondió a la 'Petición Rama de Olivo' al declarar que las colonias americanas se encuentran en estado de rebelión y pedir que los líderes revolucionarios sean llevados ante la justicia: