¿Qué es un estadounidense? (1782)

Michel Guillaume Jean de Crevecouer era hijo de nobles franceses que sirvieron con el ejército francés durante la Guerra de los Siete Años. A finales de 1750 se instaló en Nueva York y se convirtió en un estadounidense naturalizado. Su libro 1782 Cartas de un granjero contó sus experiencias y, en este extracto, las diferencias entre un estadounidense y un europeo:

“¿Qué apego puede tener un emigrante europeo pobre por un país donde no tenía nada? El conocimiento del idioma, el amor de unos parientes tan pobres como él, fueron los únicos lazos que lo ataron: su país es ahora el que le da tierra, pan, protección, consecuencias…

¿Qué es entonces el americano, este nuevo hombre? Es europeo o descendiente de europeo, de ahí esa extraña mezcla de sangre, que no encontrarás en ningún otro país ...

Es un estadounidense que, dejando atrás todos sus prejuicios y modales antiguos, recibe otros nuevos del nuevo modo de vida que ha adoptado, el nuevo gobierno al que obedece y el nuevo rango que tiene.

Aquí los individuos de todas las naciones se funden en una nueva raza de hombres, cuyo trabajo y posteridad algún día causarán grandes cambios en el mundo. Los estadounidenses son los peregrinos occidentales, que llevan consigo esa gran masa de artes, ciencias, vigor e industria que comenzó hace mucho tiempo en el este; terminarán el gran círculo.

Los estadounidenses estuvieron una vez dispersos por toda Europa; aquí se incorporan a uno de los mejores sistemas de población que jamás haya aparecido, y que en adelante se distinguirá por el poder de los diferentes climas que habitan.

Por lo tanto, el estadounidense debería amar a este país mucho mejor que aquel en el que él o sus antepasados ​​nacieron. Aquí las recompensas de su industria siguen con pasos iguales el progreso de su trabajo; su trabajo se basa en la naturaleza, el interés propio; ¿puede querer un atractivo más fuerte?

Esposas e hijos, que antes en vano le pedían un bocado de pan, ahora gordos y juguetones, ayudan gustosos a su padre a limpiar esos campos, donde se levantan exuberantes cosechas para alimentar y vestir a todos; sin que un príncipe despótico, un abad rico o un señor poderoso reclame ninguna parte. Aquí la religión le exige muy poco; un pequeño salario voluntario para el ministro y gratitud a Dios, ¿puede rechazarlos?

El estadounidense es un hombre nuevo, que actúa sobre la base de nuevos principios; por lo tanto, debe albergar nuevas ideas y formarse nuevas opiniones. De la ociosidad involuntaria, la dependencia servil, la miseria y el trabajo inútil, ha pasado a labores de muy distinta naturaleza, recompensadas con una amplia subsistencia. Este es un estadounidense ".