1764: Mantenga la piel blanca hirviendo "cuatro perritos"

Es bien sabido que en el siglo XVIII los aristocráticos y ricos burgués las mujeres se cubrieron la cara con blanqueadores y coloretes. En algunos círculos se consideraba escandaloso aparecer en público con poco polvo o incluso sin polvo, como hizo Lady Ilchester cuando asistió a la ópera en 1777. La costumbre era aún más exagerada en Francia, donde la madams y mademoiselles intentaron superarse unos a otros con rostros de color blanco alabastro, coloretes rojos fluorescentes y enormes lunares.

Muchos de estos cosméticos, por supuesto, contenían sustancias que ahora se sabe que son venenosas: cerusa (plomo blanco), cinabrio (mercurio rojo) y otras sustancias espesas con arsénico o azufre. Los médicos de mediados del siglo XVIII, alertas sobre los peligros del exceso de maquillaje, idearon un nuevo régimen de belleza radical: simplemente lavarse la cara y mantenerla limpia, pero tardó en popularizarse.

En 1764, Antoine Hornot, destilador de la familia real y prolífico escritor, ofreció su propia receta para mantener la piel sana y pálida, utilizando únicamente ingredientes naturales:

“Una destilación de cuatro patas de ternera, dos docenas de claras y cáscaras de huevo, una carrillada de ternera, un pollo desollado vivo, un limón, media onza de semillas blancas de amapola, media barra de pan, tres cubos de leche de cabra y cuatro Perritos, de uno o dos días.

Fuente: Antoine de Hornot (escrito como M. Dejean), Traitee des Odeurs, 1764. El contenido de esta página es © Alpha History 2019-23. El contenido no puede volver a publicarse sin nuestro permiso expreso. Para obtener más información, consulte nuestra Condiciones de uso or contactar a Alpha History.