Los escritores antiguos entendían poco sobre el proceso de la menstruación, pero tenían un miedo histérico de su producto. La mayoría consideraba la sangre menstrual como un veneno mortal, lo suficientemente potente como para exterminar o retardar todas las formas de vida animal y vegetal.
Según Plinio el Viejo, la mera presencia de una mujer que menstrúa podría agriar el vino, ahuyentar a las abejas y estropear la fruta. Los agricultores podrían librar sus cultivos de larvas, escribió Pliny, haciendo que una mujer menstruante caminara por sus campos, desnuda de cintura para abajo. La menstruación no solo era peligrosa para los demás, sino que también aumentaba la fertilidad de todo el cuerpo de una mujer.
Una afirmación común, atribuida a Albertus Magnus y citada en un texto de 1647, es que el vello púbico de una mujer que menstrúa podría usarse para hacer crecer una serpiente:
"Alberto dice que si el vello [púbico] de una mujer en el momento de sus flores [menstruación] se echa en el estiércol, se engendra una serpiente venenosa".
Fuentes: Plinio el Viejo, Historia Natural, c.79AD; RW, Los problemas de Aristóteles, con otros filósofos y médicos., 1647. El contenido de esta página es © Alpha History 2016. No se puede volver a publicar el contenido sin nuestro permiso expreso. Para obtener más información, consulte nuestro Términos de uso or contactar a Alpha History.