1451: las sanguijuelas suizas en cuclillas desterradas, exorcizadas

En 1451, un terrateniente en Suiza notó que uno de sus estanques estaba obstruido por sanguijuelas, en cantidades tan grandes que amenazaban sus poblaciones de peces. Siguiendo el consejo de su clérigo local, el terrateniente se puso en contacto con el obispo de Lausana, Georges de Saluces.

Saluces convocó inmediatamente una audiencia y ordenó que varias de las sanguijuelas fueran llevadas a Lausana, para que representaran a las demás y recibieran su decisión. El resultado del proceso consta en las memorias de Saluces y en otros cronistas, quienes relatan que las sanguijuelas fueron ordenadas:

“... abandonar el distrito en un plazo de tres días. Las sanguijuelas, sin embargo, demostrando ser contumazes [intencionalmente desobedientes] y negarse a abandonar el país, fueron solemnemente exorcizadas”.

La decisión de Saluces de exorcizar a las sanguijuelas, aunque poco ortodoxa y sin ningún tipo de precedente, fue respaldada de todo corazón por los académicos de Heidelberg. También pareció funcionar:

“Inmediatamente después de su entrega, las sanguijuelas comenzaron a morir, día a día, hasta que fueron completamente exterminadas”.

Fuente: Citado en Georges de Saluces, eveque de Lausanne1844; y Robert Chambers, El libro de los dias, 1862. El contenido de esta página es © Alpha History 2019-23. El contenido no puede volver a publicarse sin nuestro permiso expreso. Para obtener más información, consulte nuestra Condiciones de uso or contactar a Alpha History.