Saluces convocó inmediatamente una audiencia y ordenó que varias de las sanguijuelas fueran llevadas a Lausana, para que representaran a las demás y recibieran su decisión. El resultado del proceso consta en las memorias de Saluces y en otros cronistas, quienes relatan que las sanguijuelas fueron ordenadas:
“... abandonar el distrito en un plazo de tres días. Las sanguijuelas, sin embargo, demostrando ser contumazes [intencionalmente desobedientes] y negarse a abandonar el país, fueron solemnemente exorcizadas”.
La decisión de Saluces de exorcizar a las sanguijuelas, aunque poco ortodoxa y sin ningún tipo de precedente, fue respaldada de todo corazón por los académicos de Heidelberg. También pareció funcionar:
“Inmediatamente después de su entrega, las sanguijuelas comenzaron a morir, día a día, hasta que fueron completamente exterminadas”.
Fuente: Citado en Georges de Saluces, eveque de Lausanne1844; y Robert Chambers, El libro de los dias, 1862. El contenido de esta página es © Alpha History 2019-23. El contenido no puede volver a publicarse sin nuestro permiso expreso. Para obtener más información, consulte nuestra Condiciones de uso or contactar a Alpha History.