Rudolf Nureyev (1938-1993) fue un bailarín de ballet nacido en Rusia que desertó a Occidente en el apogeo de la Guerra Fría.
Vida temprana
Nureyev nació en un tren mientras su madre viajaba para ver a su padre, un comisario militar estacionado en Vladivostok. Sus padres eran de origen campesino, vivían humildemente y apoyaban el ideal comunista.
Nureyev desarrolló un amor por la danza después de ser llevado al ballet cuando era niño. A la edad de 11, recibió lecciones gratuitas de una ex bailarina que estaba en sus 70. El adolescente Nureyev trabajó como escenógrafo mientras seguía bailando y entrenando.
En 1955, se mudó a Leningrado (San Petersburgo) y fue aceptado en la prestigiosa escuela de ballet allí, a pesar de ser mayor que la mayoría de sus compañeros inscritos.
Carrera de ballet y deserción
Nureyev se graduó en 1958 y se unió al Ballet Kirov. Su estilo extravagante y poco convencional, su aspecto elegante y su excelente físico destacaban en el conservadurismo disciplinado del ballet soviético. Por 1960, Nureyev fue uno de los bailarines más populares en la Rusia soviética.
En junio, 1961 Nureyev causó sensación al desertar a Occidente.
Nureyev, un personaje testarudo y errático, siempre había luchado con las reglas de hierro y el estoicismo del Ballet Kirov. Las autoridades soviéticas, conscientes de esto, habían limitado las oportunidades de Nureyev para actuar en el extranjero. Cuando el Kirov realizó su primera gira por el extranjero en la primavera de 1961, a Nureyev se le permitió ir, pero solo si lo acompañaba un cuidador de la KGB.
Nureyev se destacó en el escenario pero causó problemas a sus manejadores, rompió el toque de queda, visitó bares y se mezcló con extranjeros. La KGB ordenó dos veces que Nureyev fuera devuelto a Rusia, pero los gerentes de Kirov lo ignoraron.
Mientras los bailarines de Kirov esperaban en un aeropuerto de París para volar a Londres, Nureyev estaba al frente de agentes de la KGB que vestían impermeables, quienes le dieron boletos y órdenes de regresar a Moscú. Asistido por guardias fronterizos franceses, Nureyev pudo escapar y anunciar su intención de no volver nunca más a la Rusia soviética.
Consecuencias políticas
Los gobiernos occidentales elogiaron la deserción de Nureyev como una victoria política. La realidad era más mundana: Nureyev tenía poco interés en la política, pero prefería la vida libre y decadente disponible en las ciudades occidentales.
La KGB quería represalias y lanzó una operación para recuperar a Nureyev, empleando a sus amigos y familiares para que escribieran cartas pidiendo su regreso. En la Unión Soviética, fue juzgado en ausencia y sometido a siete años de trabajos forzados. Nikita Khrushchev estaba indignado por la deserción de Nureyev y se dice que firmó una sentencia de muerte si alguna vez regresaba a Rusia. La KGB consideró sabotear la carrera de Nureyev enviando agentes para romperle las piernas.
Ninguno de estos planes se concretó y Nureyev disfrutó de dos décadas de éxito en Occidente. Se unió al Royal Ballet y formó una asociación notable con la bailarina inglesa Margot Fonteyn, apareció en películas y en televisión y, en 1983, fue nombrado director del Ballet de la Ópera de París.
Nureyev fue declarado VIH positivo en 1984 y diagnosticado con SIDA en 1991. Murió en enero 1993.
Información de citas
Posición: "Rudolf Nureyev"
Autores: Jennifer Llewellyn, Steve Thompson
Autor: Historia alfa
URL: https://alphahistory.com/coldwar/rudolf-nureyev/
Fecha de publicación: 7 de noviembre.
Fecha accesada: 25 de septiembre de 2023
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